Tipos de factoraje: ¿cuál es el ideal para tu empresa?

7 abr 2025

La salud financiera de una empresa no depende únicamente de sus ventas, sino del flujo de efectivo disponible para operar. Muchas veces, aunque la facturación va en aumento, el dinero no fluye con la misma rapidez debido a los plazos de pago que otorgan a los clientes. 

Es en ese contexto donde el factoraje financiero se convierte en una herramienta clave para liberar capital y mantener una operación estable, sin necesidad de recurrir a préstamos tradicionales.

Este mecanismo permite a las empresas convertir sus cuentas por cobrar en efectivo inmediato. Pero no todas las empresas necesitan el mismo tipo de factoraje, ni todas las operaciones son iguales. 

Conocer las diferentes variantes disponibles es esencial para tomar decisiones acertadas que no solo aseguren liquidez, sino que también protejan la estructura financiera del negocio.

¿Qué es el factoraje financiero y cómo funciona?

El factoraje financiero es un instrumento mediante el cual una empresa cede sus cuentas por cobrar a una entidad especializada (llamada empresa de factoraje), a cambio de recibir de forma anticipada el valor de esas facturas, menos una comisión.

En otras palabras, permite cobrar por adelantado ventas a crédito, convirtiendo lo que se cobraría en 30, 60 o 90 días en dinero disponible hoy. Esto puede ser especialmente útil para financiar capital de trabajo, pagar nóminas, invertir en inventario o responder a una emergencia operativa.

Existen varias formas de implementar este esquema, y cada una tiene implicaciones distintas en términos de riesgo, costo y control contable.

¿Cuál es la diferencia entre factoraje con recurso y sin recurso?

Uno de los criterios más relevantes al evaluar un esquema de factoraje es saber quién asume el riesgo si el cliente no paga.

  • El factoraje con recurso implica que si el cliente no paga, la empresa que cedió la factura debe devolver el dinero recibido. Es decir, el riesgo de impago recae sobre el cedente. Este tipo suele tener comisiones más bajas, pero implica una responsabilidad importante si los clientes no son confiables.

  • El factoraje sin recurso, en cambio, transfiere completamente el riesgo a la empresa de factoraje. Si el cliente no paga, esta asume la pérdida. Aunque es más costoso, ofrece mayor seguridad para quien cede las facturas, y es ideal en sectores con alta volatilidad o clientes nuevos.


La elección entre uno y otro dependerá del historial de pago de los clientes, la necesidad de seguridad y la estructura de costos de la empresa.

¿Qué ventajas ofrece el factoraje doméstico?

El factoraje doméstico es aquel que se realiza cuando todas las partes —el proveedor, el cliente y la empresa de factoraje— están dentro del mismo país. Es la forma más habitual de factoraje y la más sencilla de implementar.

Entre sus principales ventajas destacan:

  • La facilidad operativa: los procesos de confirmación y transferencia de fondos son más rápidos.

  • La claridad regulatoria: todo se rige bajo la legislación nacional.

  • El conocimiento mutuo entre las partes: hay menor riesgo por la familiaridad con el comportamiento de pago en el mercado local.


Es ideal para empresas que operan exclusivamente en el mercado nacional y que buscan una solución ágil para liberar flujo de efectivo sin complicaciones adicionales.

¿Cuándo conviene usar factoraje internacional?

Si tu empresa realiza exportaciones y otorga plazos de pago a clientes en otros países, el factoraje internacional puede ser la opción adecuada.

Este tipo de factoraje requiere la participación de dos entidades: una empresa de factoraje en el país del proveedor y otra en el país del cliente. Esto permite mitigar riesgos de impago, fluctuación de divisas o diferencias legales.

Es especialmente útil en sectores como manufactura, agroindustria y comercio internacional, donde los ciclos de venta suelen ser largos y las operaciones en moneda extranjera aumentan la exposición a variables fuera del control del proveedor.

¿Qué es el factoraje inverso o al comprador?

A diferencia del factoraje tradicional, donde el proveedor cede su factura, en el factoraje inverso es el comprador quien solicita que sus pagos a proveedores se realicen de manera anticipada por medio de una empresa de factoraje.

Esto permite al comprador extender sus plazos de pago sin afectar la liquidez del proveedor. Al mismo tiempo, el proveedor puede cobrar de inmediato, fortaleciendo su flujo de caja.

Este esquema se está popularizando en cadenas de suministro grandes, donde compradores con alto poder de negociación buscan mantener relaciones saludables con sus proveedores sin sacrificar su propio capital.

¿Cómo se integra el factoraje a la planeación financiera?

El factoraje no solo debe verse como una herramienta puntual, sino como parte integral de la estrategia financiera. Puede formar parte de un esquema de financiamiento mixto junto con créditos tradicionales o líneas de leasing, especialmente para empresas en crecimiento que necesitan mantener flexibilidad financiera.

En empresas que trabajan bajo proyectos o contratos a largo plazo, el factoraje puede utilizarse de forma recurrente como fuente de capital de trabajo, manteniendo el negocio en marcha sin comprometer sus niveles de endeudamiento.

¿Qué factores considerar antes de elegir un tipo de factoraje?

Antes de decidir qué modalidad utilizar, la empresa debe analizar:

  • El nivel de confianza en sus clientes.

  • El porcentaje de ventas que se realizan a crédito.

  • La necesidad real de liquidez inmediata.

  • Su capacidad para asumir riesgos de impago.

  • Las condiciones ofrecidas por la empresa de factoraje: tasas, comisiones, tiempo de respuesta.


Es recomendable revisar cómo impactará en los estados financieros, ya que algunos esquemas permiten mejorar los indicadores contables al eliminar cuentas por cobrar del balance.

Preguntas frecuentes

¿Puedo utilizar el factoraje solo para algunas facturas?

Sí. No es necesario ceder todas tus cuentas por cobrar. Muchas empresas seleccionan aquellas facturas con mayor monto, plazo más largo o clientes más confiables para factorarlas.

¿Qué documentos se necesitan para contratar un factoraje?

Generalmente se solicitan identificaciones fiscales, estados financieros, comprobantes de facturación y una relación de clientes. Cada empresa de factoraje puede tener sus propios requisitos.

¿El cliente debe saber que estoy usando factoraje?

En la mayoría de los casos, sí. El cliente debe confirmar que recibió la factura y que se compromete a pagarla directamente a la empresa de factoraje.

¿Cuál es el plazo promedio para recibir el dinero?

Una vez aprobada la operación, el depósito suele realizarse en un plazo de 24 a 72 horas, dependiendo del proveedor y la complejidad del expediente.

¿El factoraje aparece como deuda en mis estados financieros?

No necesariamente. En muchos casos, al tratarse de una cesión de derechos y no de un préstamo, el factoraje no incrementa el nivel de deuda reportado, lo que mejora el apalancamiento financiero de la empresa.

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